Espacio líquido de creación y crítica literaria. Marcelo Matas de Álvaro

sábado, 16 de junio de 2012

Joyce ilustrado


DUBLINÉS
Alfonso Zapico
Editorial Astiberri. Bilbao, 2011
229 páginas



            Bien es sabido que los amantes de la obra de James Joyce forman una peculiar familia     unida con los invisibles -e indisolubles- lazos de la literatura más arriesgada y libre, aquella que trata de romper con su estilo los ahormados límites del lenguaje. Se comunican entre ellos desde la clara oscuridad del monólogo interior y cuentan como acontecimiento supremo de su ritual la celebración del “Bloomsday”, en recuerdo de aquel 16 de junio de 1904 en el que Joyce echa a navegar por las calles de Dublín a Leopold Bloom, el protagonista de su gran obra “Ulises”. Si no se tiene la suerte de poder estar hoy en Dublín para conmemorar –a través de una odisea literario-turística por la ciudad- esta fecha tan señalada para todos los joyceanos, se puede festejar igualmente el día leyendo algunos pasajes del libro original o adentrándose en la vida y obra de Joyce con “Dublinés” (Ed. Astiberri, 2011) de Alfonso Zapico (Blimea, 1981).

            Esta novela gráfica puede ser una perfecta aproximación para los no iniciados, aquellos que tengan curiosidad por conocer al autor irlandés, pero también es un gozoso divertimento para los que ya se hayan leído todos sus libros –incluida la monumental biografía de Richard Ellmann- y presuman de saber más de Joyce que el propio Joyce. Alfonso Zapico no sólo se limita a poner en viñetas su biografía, sino que, siguiendo los pasos de su azarosa vida, va creando todo un mundo que para resultar verosímil es necesario leer con las lentes bifocales de la ficción. A través de unas poderosas imágenes que ilustran de forma magistral los escenarios -Dublín, Trieste, París, Zurich- y los personajes –Nora Bernacle, Pound, Yeats, Hemingway, Proust, Beckett…- del tiempo de Joyce, se va narrando la novela de la que es protagonista el autor de “Ulises”, y en la que el lector tiene el privilegio de asistir al proceso de creación de esa obra esencial de la historia de la literatura. Como seguramente le hubiera gustado al propio Joyce, Zapico nos va revelando a través de ciertos detalles particulares –gráficos o narrativos- el significado universal de la obra del autor irlandés.


La lectura de “Dublinés” se puede completar con “La ruta Joyce” (Astiberri, 2011), donde Zapico cuenta a modo de cuaderno de viaje el proceso de documentación e investigación que se vio obligado a llevar a cabo para llegar a escribir esta “biografía gráfica” sobre uno de los más grandes escritores de todos los tiempos. De esta forma el lector podrá celebrar un peculiar “Bloomsday”, en el que no recorrerá físicamente las calles que pisó Leopold Bloom tal día como hoy, sino que experimentará algo más revelador: tener el privilegio de poder transitar con la imaginación las ciudades por donde transcurrió la odisea vital de James Joyce.

(Publicado en el suplemento Culturas de El Comercio y La Voz de Avilés. 16 de junio de 2012)


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