Espacio líquido de creación y crítica literaria. Marcelo Matas de Álvaro

sábado, 26 de octubre de 2013

Cuentos del Planeta Océano


CUENTOS Y LEYENDAS DEL MAR
Vicente Muñoz Puelles
Anaya. Madrid, 2013



            Como bien dice el autor en el Apéndice a esta colección de cuentos, el planeta al que llamamos Tierra debería llamarse planeta Océano. Sin embargo, esta apreciación basada en la evidencia de que tres partes de su superficie están cubiertas de agua, no podía ser considerada en la época en que se bautizó nuestro planeta, un tiempo en el que todavía no se había descubierto toda la inmensidad del ancho mar y en el que la extensión más grande para el hombre de entonces era precisamente la sólida tierra que pisaba. De ahí que la dimensión –tanto en la superficie como en su profundidad- desconocida de las aguas hiciera concebir a los antiguos pobladores la propia existencia de este espacio como un territorio mítico, por sí solo capaz de ser a la vez protagonista, argumento y escenario de las historias que empezaron a imaginar los primeros narradores de los que tenemos noticia.  
            A la tarea de acercar a los jóvenes lectores de ahora estas historias y algunas de las que más tarde se siguieron imaginando y contando, se ha dedicado con acierto Vicente Muñoz Puelles (Valencia, 1948) en este libro que consigue hacer un recorrido bastante fiel por los cuentos y leyendas del mar más señalados de todos los tiempos. Sin ánimo de ser exhaustivo -tal empeño sería imposible-, esta antología adapta algunas de las narraciones más conocidas para que sea el propio lector el que más adelante se atreva a sumergirse en la verdadera profundidad de los relatos. Así, “El diluvio y el arca” no sólo hace referencia a la famosa narración bíblica, sino que también enlaza la leyenda con otras similares aparecidas en Babilonia, Grecia o la India, y con las expediciones arqueológicas que han ido en busca del arca al monte Ararat; en “Jonás y la ballena” se cuenta la razón por la cual se apela al maleficio de Jonás cuando una desgracia sucede a bordo de un barco; “¿Dónde está la Atlántida?” indaga en el mito griego y en la descripción de Platón para seguir con la fascinación que aún produce el enigma del continente sumergido; en “Las sirenas” se relata el célebre episodio de Ulises, la aventura de Jasón y los argonautas, el relato de Heródoto y las sirenas con cola de pez y el viaje en el que la tripulación de Colón creyó ver sirenas junto al barco; en “Serpientes de mar y pulpos gigantes” se presentan algunos de los monstruos marinos que atormentaban la imaginación de los navegantes, como la rémora, el kraken o la serpiente marina; “Islas que aparecen y desaparecen” muestra leyendas en las que islas donde desembarcan los marinos, de pronto parecen cobrar vida al hundirse con ellos al fondo del mar; en “El Holandés Errante” se relatan algunas de las versiones sobre la leyenda del barco fantasma condenado eternamente a navegar sin rumbo; “La leyenda de Nanaue” cuenta la historia hawaiana del hombre tiburón y la hermosa joven Kalei; “La leyenda de Sedna” se presenta como “madre de todas las leyendas marinas”, inventada por los pescadores esquimales para concebir a la diosa que les proporciona los animales marinos; en “Los cangrejos Heike” se recuerda la batalla naval ocurrida en las costas de Japón entre dos clanes de samurais; en “La leyenda de Mocha Dick” se narra la aventura de la caza de un gran cachalote blanco, antecedente de la conocida novela de Melville; “El hombre que pescó el pez más grande” cuenta, en fin, el encuentro del narrador con Gregorio Fuentes, el pescador que inspiró el relato de Hemingway “El viejo y el mar”.

(Publicado en el suplemento Culturas de El Comercio y La Voz de Avilés. 26 de octubre de 2013)

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