Espacio líquido de creación y crítica literaria. Marcelo Matas de Álvaro

domingo, 23 de febrero de 2014

El origen (Thomas Bernhard)

El origen
Thomas Bernhard
Anagrama. Barcelona, 1984 (132 p.)




            Encontré “Un niño” en la librería Don Quijote de Oviedo y a los pocos días, cuando la hube leído, volví para comprar el resto de volúmenes de la serie autobiográfica de Bernhard, pero ya sólo quedaban “El origen” y “El frío”, el primero y el cuarto en su orden de publicación, que no en el cronológico de los hechos narrados, de manera que voy haciendo una lectura a saltos, con una no pretendida ruptura del tiempo narrativo que hace buena la afirmación de que es el lector quien construye la obra, con su lectura atenta o con su torpeza en la captación de lo leído, colocando los puntos y aparte que separan los volúmenes en la disposición que también el azar considere. Los primeros años de Bernhard contados por él mismo dando también vueltas a ideas o expresiones como el suicidio, pensamiento que se da “en la época de aprender y estudiar” (p. 24), en la cual todo es todavía “verdad y realidad” (26), cuando “los hechos son siempre aterradores” (27), después de que sepamos que “somos procreados, pero no educados” (77), sino más bien destruidos, con “una ignorancia y una vileza completas” por nuestros progenitores, “criminales como procreadores de nuevos seres” (79). El internado, con su educación católica no diferenciada del sistema nacionalsocialista que acaba de perder la Guerra, con las mismas “secuencias y consecuencias” (92), los mismos cantos y coros, con parecidos textos, llevando a cabo su crimen de la educación en nombre de Hitler o Jesús, tanto da, contagiados tanto por el catolicismo como por el nacionalsocialismo como si se tratara de dos enfermedades contagiosas, “enfermedades del espíritu y nada más” (98)

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